20070614

Base Luca

Eran las tres de la tarde, el cielo de un gris áspero no me decía mucho. Yo cortaba una rama del gran árbol sin bautizar. Se encuentra en un lado del jardín, junto a las matas donde suelen albergarse unas serpientes. Las había ahuyentado con tambores para poder podar. No es la poda de estos días, puesto que la primitividad fallecería. Sólo corté la rama que molestaba al pasar.

En ese momento, oí unos gritos desde lejos. El viento había levantado y había algo extraño. Algo extraño en el aire. Un silencio. Una inquietud. Las serpientes no volvían. Unos pájaros se fueron. “¿Qué sucede?” Se me ocurrió mirar al cielo. Éste giraba. Nunca lo había visto girar.

Unos espirales en algodón me cautivaron. Giraban y giraban. Y después, ese espiral bajó a nuestra tierra de a poco. Un fino hilo que se estiraba a tocarnos.

Luego, todo fue nube.

Un tornado arrasó a mi ciudad y a mi jardín primitivo.