20120211

La isla en el solsticio

Mi espíritu se fundió con el de la isla en el último solsticio, cuando por primera vez la comprendí. En ese momento de epifanía, que me tomó desprevenido, abarqué su sustancia con mi pensamiento. La verdad se me mostró como algo que se descubre luego de estar bajo un negro velo, impenetrable. Y la ví. Supe la isla. Supe que a ella estaba confinado, y que debíamos ser uno. Sólo así podríamos subsistir. Aunque esa palabra me queda corta, debería decir “ser”. Y aún así no encaja con lo que fuimos.
Sólo puedo decir que, desde ese día, todo cambió y dejé de ser yo. Su revelación me mostró también a mí mismo. Me mostró mi camino entre los seres. Y vi que sería sobre sus arenas. Sin la isla no podría ya haber un rumbo para mi vivir. En ella todo estaría bien.


Pensamientos en el bosque






Sonorizado por Leandro Kalén


Montaña




Veo el rompecabezas de un atardecer inconfundible, de alguna costa perdida en el mundo, donde el sol se derrite en el mar dejando la tierra sumida en oscuridad. Sin embargo, prefiero la majestuosidad de un amanecer en las montañas, donde las agujas del Catedral comienzan a delinearse al paso que el sol se divierte avanzando hacia la cumbre.

Allí, el reconfortante cansancio de haber llegado me hará disfrutar en plenitud el espectáculo de la naturaleza.

Y cuando vuelva a la infectada ciudad me percataré de que mi corazón no volvió conmigo, sino que continúa vagando por las cumbres.


2000