20070112

Otto Meiling

En este momento hay una ventana, muy lejos de aquí, por la que se puede ver el atardecer. El sol tiñendo vapores fríos y glaciares de un rojo hogareño. Sé que en este lugar hay alguien observando ese sol desde la cocina de la cordillera, en la calidez de la amistad y el descanso. Unos pies fatigados agradecen el final del camino y unos ojos vivaces admiran la naturaleza.
Ese lugar no recuerda mi presencia, esas personas no recuerdan mi sonrisa, las piedras olvidaron mis pasos y el aire helado recorre otros pulmones. El cóndor alguna vez me vio, y los arroyos canturrearon a mi lado, la tierra se hundió bajo mis pies y los árboles me vieron pasar.
No estoy allí, ese paraíso me ignora, pues no tiene memoria ni tiempo. Sólo está, permanece. Recibe extraños de lugares lejanos y los despide en el mismo silencio. Que no es mudo ni falto de mensaje, ya que las aves vuelan, el viento silba, las piedras ruedan y los ríos corren. Es un saludo, un canto, un cuento. Que dice que en este momento hay una ventana, muy lejos de aquí, por la que se puede ver el atardecer.

280703

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