20100323

Leyenda








Se cuenta que todos venimos con una música de fondo, que muchos olvidan. Pero hay otros, seres muy sensibles, que la vuelven a oír en alguna estrofa o en alguna caricia. La misión para estas personas, entonces, es poder cada día sentir su canción, la que los trajo al mundo y sigue sonando hasta que partan de él. Se trata de una sutil y tímida canción, que puede volverse una ópera en el terror o una balada en el amor. Nadie entiende bien del tema, y creo sinceramente que muy pocos somos los que la hemos encontrado más de una vez.

Cuenta la leyenda, que la misión es tan peligrosa como caminar por un filo con precipicio a los lados, es muy difícil sintonizar nuestra canción y muchos son los que caen. Pero su huella está en las obras maestras que crearon a partir de esos instantes de sintonía con la música de sus vidas, la música del universo.
No daré nombres a quien acudir por más aclaraciones… pero cuando sientas que algo es supremo… único… y hecho para ti… tal vez es que tu canción está sonando de fondo.

20090904

Hermosa luna

Hermosa luna, no dejes que la lluvia nos separe. Quiero verte clara, y que ilumines desde lo alto. Luna hermana, ¿por qué mi noche es oscura? ¿dónde está esa belleza de penumbra? ¿Se ha escondido cada estrella tras un árbol?
No te veo y estoy sola, hermosa, déjame encontrarte y acompáñame otra vez. Jamás te he abandonado, no te vayas, sigo aquí. Aquí, a tus pies, por cierto imaginarios. Aquí, junto a un agua que solía reflejarte. Aquí te aguardo.
Luna, tú que esperas y vuelves,
tú que sonríes, tú que siempre
blanca siempre.
Tú me entiendes, no me dejes.
Yo te espero... y oscurece.
|030206|22:56|

20090825

de mi diario





Insomnio. Fotofobia. Calor.
He sondeado el mito de un suburbano eclipse de poetas, y todos me dicen “Habla”. Así que no callo, aquí estoy, VÉANME. Radiantemente sudada, con una luz y un mosquitero en la noche esmeralda.
No apagues la luz, Fausto de muerte. No subas la luz, Nicolás, no sientan su carne latiendo como dijo el poeta, acidulado. Vente a mi lado. Caminemos por esta autopista cuadriculada y bebamos la negra savia Sylvapen. Saciémonos con estas manchas que traducirá el griego, o un sabio, para que valgan oro al morir yo.
Muerte. Infinito tesoro de cerebros. Arcón de recuerdos. Muerte. Silencio puntual. Vagar infinito de nadies. Es un renacer a los muertos despojos vacilantes que quedan desparramados en menterrecuerdos, fotos, títulos, escritos, logros, mentiras que dijimos a una tía chusma, etcétera.
La muerte.
Esa salida de hoyo negro a la nada ¡con todo lo que aprendimos viviendo! ¿Para qué al fin? La nada.
Al final, la nada. Una hueca noche de nuestro día la vida. Un cabo de la soga y no más.
Muerte: ¡Hola! Te dedico este poema. Muerte: Hola. Muerte: Chau.

Aún no me puedo dormir, noche. Sos buena conmigo, que soy tu habitante. Te extrañé, noche, hace meses. Tomo pastillas, ¿sabés? A tí no te importa, tú vienes. Nadie detiene una noche al pasar. Pero sí se estira, a veces, la noche, y me deja habitar.
Pensar, en vez de dormir, hoy es para mí.
Te quiero, noche, con tu frescor iluminada, con tus chicharras almidonadas.
Con esta cama que me echa. Te queremos, noche, los poetas.
|240109|04:15|

20090817

Corriente abajo


He flotado en un río, corriente abajo. Caí al agua y ella me llevó. Ví estrellas, árboles, nubes. Flotando río abajo.
Hermanos, he muerto. La corriente me cantó un salmo pero nadie me sepultó. Alejado de mi sitio fui arrancado, fui mutilado. Y nadie lloró por mí. Sólo el río. Sólo el río me cantaba y arrullaba. Pero no fue eterno: ha cesado. Hace tiempo ya.
Del río fui elevado. Y jamás volví, es cierto. Porque muerto estoy y ya no es mi lugar.
Sin embargo, recuerdo al río y su canto... aún los recuerdo también, hermanos. Ojalá ustedes mueran junto al río, pues su voz... su voz es purificante y no se olvida jamás.
|030206|23:05|

20090803

Sin sol




Alguien se ha llevado el sol. No brilla ya sobre los campos de trigo, ni juguetea en los arroyuelos. Está ausente del firmamento y todo es sombras.
Corro por el bosque. Grito por el sol. ¡Que sea devuelto! La brisa se ha levantado a buscarlo y ambas corremos hacia el horizonte.
Entonces recuerdo.
Mis pies se detienen.
Recuerdo tu nombre y sé que te has ido, te apagaste de mi vista. Te alejaste esta mañana y te llevaste el sol de mi vida.
|010609|18:47|